La seguridad alimentaria es un aspecto fundamental en la vida de todas las personas. Todos queremos consumir alimentos que sean seguros y no representen riesgos para nuestra salud, sin embargo, garantizar la inocuidad alimentaria no es algo que haya existido siempre, es el resultado de años de desarrollo y evolución en la forma en que producimos, distribuimos y consumimos alimentos.
Si echamos un vistazo hacia atrás, la preocupación por la seguridad de los alimentos tiene raíces históricas profundas. La humanidad ha enfrentado brotes de enfermedades transmitidas por alimentos contaminados. Sin embargo, la comprensión científica de las causas y la prevención de estas enfermedades era limitada en el pasado.
A medida que la Revolución Industrial avanzaba, la urbanización y la industrialización de la producción de alimentos se dispararon. Poco a poco esto llevó a grandes problemas en la calidad y seguridad de los alimentos y a finales del siglo XIX y países como Estados Unidos y el Reino Unido comenzaron a establecer leyes de pureza de alimentos para abordar la adulteración y la contaminación de éstos mismos.
En la década de 1900, con el avance de la microbiología y la química, se hizo posible identificar microorganismos patógenos y sustancias químicas peligrosas en los alimentos. Esto llevó al desarrollo de métodos de análisis y pruebas para garantizar la calidad y la inocuidad de los alimentos y 50 años después, nacieron las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
Durante los 60’s, con la creciente globalización del comercio de alimentos, fue cada vez más evidente la necesidad de que existieran protocolos internacionales para garantizar la seguridad alimentaria, por lo que, Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) comenzaron a trabajar en la armonización de las normas alimentarias a nivel mundial.
En los años 2000, surgieron numerosos esquemas de certificación de inocuidad alimentaria, como el Sistema de Gestión de la Inocuidad Alimentaria (ISO 22000) y GlobalGAP. Estos esquemas permitieron a las empresas demostrar su compromiso con la seguridad alimentaria a través de auditorías y evaluaciones independientes.
Gracias a décadas de desarrollo y avances en la ciencia y la regulación alimentaria, hoy en día disfrutamos de un suministro de alimentos más seguro que nunca. Las normas y certificaciones de inocuidad alimentaria desempeñan un papel crucial en la protección de la salud pública y la garantía de alimentos de alta calidad en todo el mundo.
La historia de las normas y certificaciones para garantizar la inocuidad alimentaria es un testimonio del progreso humano en la protección de nuestra salud y bienestar. En Key, estamos comprometidos a brindar productos de limpieza y desinfección que cumplan con los más altos estándares para que nuestros clientes puedan tener la tranquilidad de que están protegiendo la salud de sus consumidores.